Los anticuerpos son sustancias que normalmente se crean en el organismo para protegerse de sustancias extrañas. Si bien el espermatozoide es una célula extraña para el organismo femenino (ya que presenta una diferente constitución genética), normalmente la mujer no desarrolla estos anticuerpos.
La presencia de anticuerpos antiespermáticos se puede sospechar a partir de la obtención de una prueba postcoital en la que se detecte la existencia de espermatozoides en el cuello uterino. Pero, mayormente inmóviles o con un movimiento muy típico denominado "shaking", en la cual los espermatozoides parecen estar sostenidos de sus colas sin poder desplazarse pero moviendo enérgicamente sus cabezas. Esta sospecha puede ser confirmada por estudios específicos que detectan la presencia de anticuerpos espermáticos en el moco cervical.
Tratamiento:
Si bien se puede intentar disminuir los niveles de anticuerpos con medicamentos como los Corticoides, se ha visto que en sí esto es poco efectivo y conlleva altos riesgos, por lo que en estos momentos el tratamiento de elección son las técnicas de reproducción asistida, especialmente el ICSI (que desarrollaremos más adelante), ésta técnica permite evitar la interferencia que pueden causar los anticuerpos pegados a la superficie del espermatozoide en el proceso de fertilización.
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Realmente muy interesante tu artículo. Gracias por tu valiosos aportes
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